Todos los años en noviembre se produce un fenómeno esperado por todos los pescadores ya que puede llegar a alcanzar el 50% de las capturas de todo el año, “la racha”. En ella, las doradas que hasta ahora vivían tranquilas en las cálidas aguas del Mar Menor se desplazan de forma masiva hacia el Mediterráneo para su reproducción.
Pero, ¿qué despierta este instinto a las doradas? Tres factores que además deben coincidir:
- Luna creciente.
- Descenso de las temperaturas.
- Viento Mistral, un fuerte viento frío y seco que sopla del noroeste.
Los pescadores las esperan cerca de las golas, canales que comunican el Mar Menor con el Mediterráneo, con las paranzas, artes fijos de fondo que, como las encañizadas, engañan a los peces, que entran por la boca de un embudo -caramboque- con dos semicírculos hacia una red cuadrangular.
Este sistema, con más de un siglo de tradición, permite mantener las doradas vivas más que ningún otro arte.
Este año ya se han capturado 29.300 kilos en solo en tres días. Así que no esperes más, compra tu dorada y prepara este delicioso plato: Dorada del Mar Menor a la Sal